22 años, Empleado
Amigo de Carlos
Aprendiz.
Si de tanto en tanto encontramos páginas que hacen explosión,
páginas que lastiman y agotan,
que arrancan gemidos, lágrimas, maldiciones,
saber que llegan de un hombre
que tiene su espalda erguida,
un hombre al que no le queda otra defensa que sus palabras,
y sus palabras siempre son más fuertes que el falaz y destructor paso del mundo,
más fuertes que todos los potros
y ruedas de tormentos que cobardemente han inventado para
destruir el milagro de la personalidad.
Tenía verdaderamente miedo
de mí mismo,
de mi apetito, mi curiosidad,
mi flexibilidad, mi permeabilidad,
mi maleabilidad, mi genialidad,
mi poder de adaptación.
Ninguna situación en sí
misma me asustaba;
en alguna forma siempre
me veía bien ubicado,
colocado en el cáliz de una flor,
y libando la miel.
Aunque estuviera preso,
estoy seguro de que obtendría algún placer.
Si estoy contra la condición actual
del mundo no es porque sea un moralista...
es porque quiero reír más.
"La Vida" dijo Emerson,
"consiste en lo que un hombre
está pensando todo el día"